viernes, 15 de marzo de 2024

El fantasma de las Navidades Presentes.

¡Feliz 2022! No recuerdo cuánto tiempo hace que no paso por aquí, sin embargo la casa ha ido cambiando, imagino que en la misma medida que lo he hecho yo. Como ya sabéis, pasé del minimalismo al síndrome de Diógenes. Es curioso como una necesita llenar lo de fuera cuando siente que está vacía por dentro. Ahora, sin embargo, encuentro que, si bien la casa está abarrotada, es una manera de hacerla "acogedora". Ya os iré enseñando los cambios en detalle, por ahora nos vamos a centrar en la decoración Navideña.

Ya hace unos años que, sinceramente, no me apetece decorar la casa por estas fechas y termino haciéndolo casi cuando está terminando, por aquello de poner los zapatos debajo del árbol para que Sus Majestades me dejen alguna chuche. Normalmente monto el árbol en el salón, pero como iba a celebrar la Noche Vieja con unos amigos en casa, decidí ubicarlo en el recibidor para dejar más espacio disponible.












 

miércoles, 22 de agosto de 2018

Síndrome de Diógenes o cuando se te va la pinza con la decoración...

Me he pasado. En algún punto he perdido el Norte y he terminado llegando a la "acumulación". ¡Ay, Dios mío! Vivo en el desorden continuo, tengo más ropa fuera del armario que dentro de él, se me mueren las plantas, todo me da pereza... 


Creo que la felicidad se encuentra en el equilibrio y mi vida se asemeja más a una montaña rusa que a un plácido paseo en barca.

Pero todo tiene remedio. Como siempre, voy a empezar desde fuera, que es más fácil, hasta llegar a dentro.

Novedades: ya no tengo el "despacho en el salón". Actualmente estoy trabajando en un Despacho de Abogados a tiempo completo y aunque todavía tengo algunos casos privados, son pocos y procuro atender a los clientes en el Colegio de Abogados. Mi idea, no obstante es montar el Despacho en lo que antes llamaba "cuarto de estudio", pero es un proyecto que voy a dejar por un tiempo en stand by

Además, remodelé el dormitorio y me quedó precioso. Pero eso requiere un post entero.

¿En qué estábamos? Ah, sí: ordenar mi vida.

Febrero y marzo de 2017 fueron unos meses geniales. Aunque tengo que admitir que todavía no estaba bien del todo, en lo que a mi expareja se refiere. He tardado, en total, dos años completos en poder pensar en él sin derramar lágrimas. Ya sé que es una tontería, sobre todo porque desde el primer momento fui consciente de que era lo mejor para mí. Pero en abril del año pasado tuve un problema familiar (una discusión, que ha implicado un año de ausencia de alguien muy importante en mi vida, bueno, una ausencia más) y pegué un bajón. Como lo mío es lo de "huir hacia delante", pues me eché novio (¡error!) y metí a una compañera de piso (¡doble error!). Los dos son personas maravillosas: ellos no eran el problema, sino yo. La cagué, me hundí y proyecté en ellos las causas de todos mis males.

Tranquilos, que aquí sigo, con la casa desordenada, con sobrepeso, con problemas de autoestima, pero sonriendo. Y con ganas de volver a tomar las riendas de mi vida. Ya me he cansado de correr.

Así que voy a hacer las cosas bien. Os cuento:

- Voy a hacer una limpieza general de la casa y tiraré/venderé/regalaré todo lo que no tiene que estar en mi vida. 

- Terminaré de arreglar todas esas cosas que se quedaron a la mitad.

- Diseñaré un Despacho chulo y me daré unos plazos para montarlo (no tiene que ser todo a la vez). También tengo que dejar bonito el patio interior, al que tengo acceso desde esta habitación.

¿Qué os parece?

Ya, esto es para la casa. Para mí también tengo planes. Os iré contando, ¿vale?