sábado, 30 de noviembre de 2013

Fin de semana de limpieza

Qué pereza me da organizar mis papeles. El año pasado hice un curso y nos daban material, aunque de forma bastante desorganizada, la verdad. Como siempre, empecé con ganas y con una carpeta. Cuando la carpeta dejó de ser suficiente comencé a amontonar los papeles, eso sí, con un criterio cronológico: lo último arriba. Así que ahora tengo veinte centímetros de papeles sobre una estantería.

Además están las bolsas: a ver, hay cosas que no tienen un sitio. Generalmente procuro buscar un sitio definitivo a todo, pero es que hay objetos que no pueden tenerlo, es imposible. Por ejemplo: 
  • Paquetes de pañuelos bonitos. Es un trastorno que te regalen pañuelos de papel decorados. Por alguna extraña razón me da pena usarlos, así que no los coloco donde guardo los pañuelos normalmente (junto con el papel higiénico, las servilletas y el papel de cocina), y van de un lado a otro, molestando. 
  • Cajas bonitas. ¡Ay! Tengo cajas y cajitas, generalmente son de regalitos que me han hecho y claro, la miras y no puedes tirarla porque es bonita y quizá pueda servirte para un regalito. Y no tengo hueco para tanta cajita, porque nadie me ha hecho un regalo con una caja en la que quepan las demás. 
  • Regalos repetidos o que no uso. Ya sé que es de bien nacido ser agradecido. Así que, agradecer, agradezco los regalos, pero es que hay cosas que me resultan inútiles y que como están bien no tiro. La madre de mi novio es muy de regalar cosas inútiles (para mí y para cualquiera): un esmoquin para botellas. ¿Dónde guardas esos? ¿En el cajón de las camisetas? Unas Navidades me regaló un payaso tocando el violoncello. Le pareció que venía a cuento porque yo toco la viola. Odio los payasos, de verdad, los odio, pero es que una figura de plata coloreada es horrible. Pero claro, es una figura de plata, eso no puedes tirarlo, porque no sé lo que cuesta, pero seguro que tiene algún valor. ¿Dónde colocas una figura de plata de un payaso tocando el violoncello? Yo en casa de mi madre. Pero ahí no acaba la cosa: el año pasado le regaló a su hijo (mi novio) una especie de peluche de pollo que da vueltas sobre sí mismo y habla (¡!) Es simpático, pero para verlo en la tienda y pensar quién puede gastarse dinero en eso, no para tenerlo en la estantería...
  • Cajas de objetos que compro. Pero qué obsesión con las cajas: si son de las bonitas, porque son de las bonitas, pero las de los electrodomésticos... Pues tengo sobre la mesa la del router y la de un teléfono que compramos hace poco. Y me da no sé qué tirarlas.
  • Cosas que sacas del bolso. Los bolsos son un generador de porquería continuo. Que sales rápido de casa y te duele la cabeza y coges un blíster de pastillas para tomarte una... Ahí que queda el blíster empezado. Que no sé quién te da la tarjeta del primo de un amigo que tiene una tasca: pa'l bolso. Que a tu novio se le cae un botón de la chaqueta... A modo de ejemplo, en ocasiones hay más bolígrafos en mi bolso que en el bote de mi despacho. Alguna vez me he metido el teléfono inalámbrico de casa y he salido con él. Que vas a tomar un café y te ponen una galletita que no te comes (porque sería absurdo comerte la galleta si has pedido el cortado con sacarina), pero claro, no la vas a dejar, que al fin y al cabo está pagada y seguro que a tu novio le encanta. Al bolso. Lo malo de las galletas es que el bolso las desintegra, sobretodo cuando van chocando con el teléfono inalámbrico... Y llega el momento de vaciar el bolso, claro: cinco blíster de aspirinas a medio terminar, seis galletas machacadas, cuatro tarjetas de personas a las que no conoces, tres botones, un par de azucarillos, alguna pastilla suelta (que los blíster no son contenedores de máxima seguridad), cinco bolígrafos Bic, tres subrayadores fluorescentes, dos lapiceritos de Ikea, una servilleta con una dirección, veintiún céntimos (en monedas de céntimo, claro) y un teléfono inalámbrico. Y quién se pone a ordenar todo eso... Yo no, así que cojo alguna bolsa y lo meto todo excepto el teléfono inalámbrico y el material de oficina, claro.
Pues entre las bolsitas de cosas que me sobran del bolso, más las cosas que no sé dónde guardar (vestuario vario de botellas incluido), todo va a alguna bolsa de mayor tamaño (normalmente alguna bolsa bonita  de algún regalo que me ha dado pena tirar). Y ahí está mi estantería con una tonga de papeles y dos bolsas con "cosas pendientes de ordenar o ubicar".

Es el pez que se muerde la cola: los blíster irán a la caja de las medicinas, los botones a la caja de la costura, los azucarillos al primer cajón de la cocina, las tarjetas... ¿Y si necesito algún día una de ellas? Bueno, no la tiro. El inalámbrico a la base y el material de oficina de nuevo al bolso, a ver si mañana me acuerdo de dejarlo en el trabajo. Todo lo demás, continuará en la bolsa, porque me dará pena tirar los pañuelos bonitos que no uso, y esa cajita de estampado de vaca...

Ay, es la hora de salir y no he terminado con esto: lo que queda a la bolsa y lo termino otro día.


viernes, 29 de noviembre de 2013

Positivismo por escrito

Hace años, cuando comencé la facultad, elegí algunas afirmaciones y frases motivadoras, las imprimí y las pegué en la pared con celo. Estaban en español y no use washi tape, pero estaba adelantándome a lo que ahora es un boom

Me gustaría hacer una composición de láminas monocromáticas, mezclando fotos, dibujos y frases, con marcos negros finos, paspartú blanco y apoyadas sobre una estantería. ¿Quizá sobre el sofá?









jueves, 28 de noviembre de 2013

En un plis plas estamos en Navidad (V): "Modern Christmas Decorations"

"Aquí cada loco con su tema", que diría mi madre. Pues sí, para qué os voy a engañar. Sigo mirando fotos a ver si se me pega algo y consigo hacer algo especial, con gusto si es posible, esta Navidad.

Después de mirar muchas páginas he sacado la conclusión de que es imprescindible tener una chimenea. Sí. ¿Tú no tienes? Pues lo siento mucho, no puedes ser feliz en Navidad :P ¿Dónde vas a colocar la decoración navideña si no tienes una chimenea? Todas las casas de las revistas tienen chimenea y claro, no hay motivo navideño que no quede bien sobre la repisa de una chimenea...

Ahora en serio, me gusta:

  • Para la mesa. Todos los años pongo unas bolas rojas de cristal y posiblemente repita. No obstante, me parece que podría quedar bien una composición de velas blancas y figuritas de árboles, de velas blancas y piñas pintadas de plateado o figuras de árboles de distintos tamaños. Una idea que me encanta como centro de mesa es bolas de cristal (de las que tienen figura y nieve dentro). 






  • Para apoyar en la pared. Me gusta mucho la idea de tener adornos sobre algún mueble apoyados en la pared. Si tienes chimenea, afortunada, mejor que mejor. Yo suelo poner un adorno con luz (extra), pero me parece que las letras quedan muy bonitas y también las coronas (más si tienen luz).





  • En general. Me encantan las figuras de ciervos, me transmiten una sensación "invernal". Me chiflan los jarrones con bolas, ya sean en uno o varios colores), las guirnaldas de luz, los paquetes de regalo y las plantas como el acebo y los pinitos. Y estoy muerta por tener un arbolito artificial de esos con leds.











  • miércoles, 27 de noviembre de 2013

    Sobre la pared... (I)

    Mi abuela decía que "todo vuelve". Ahora me diréis que lo del "eterno retorno" no lo postuló ella, y poniéndonos finos es cierto que se remonta al estoicismo griego, pero yo se lo escuché a mi abuela mucho antes de estudiarlo en Filosofía y no creo que ella hubiese oído hablar de los estoicos.

    Mi abuela, como imagino todas las de la época, era muy ecologista: "tú guárdalo que se volverá a llevar" o "no lo tires, que para algo servirá", eran sus máximas. Y así todo se reutilizaba... 

    Y sí, como ella decía, todo vuelve, sólo es necesario esperar el tiempo suficiente.

    Aquí estoy, mirando papeles pintados, que están tan de moda pese a haber sido desterrados de la decoración durante un tiempo. Lo mío es puro vicio, que conste. No compraré ninguno, porque los que me gustan se suben de precio y estamos en "modo ahorro". Pero si pudiera elegir.. ¡No podría! Me gustan, sobre todo, los que tienen un poco de relieve o textura... ¿No quedaría precioso en la pared de mi salón?


    De todas formas, yo soy muy de "cansarme en seguida", así que quizá tener toda una pared con un motivo tan "pesado", no sea muy buena idea... Los de Cole & Son me chiflan (hay un universo más allá de los troncos).






    Éste último me parece muy bonito y evocador...

    martes, 26 de noviembre de 2013

    Anthony Dickens: Around Clock

    Dando un paseo me he encontrado un curioso reloj y me he puesto a investigar... Su nombre Around Clock, diseñado por Anthony Dickens. La máxima del estudio de este diseñador británico es "re-imagining everyday things" y viendo sus diseños, lo ha conseguido. 

    Este reloj es "a bulto" -por bloques de quince minutos- y no tiene manecillas, sino que el cuerpo cilíndrico gira sobre la base detrás de una línea estática, simulando el propio transcurso del tiempo por la rotación del planeta, lo que nos permite ver cómo se escapa el presente y se acerca el futuro... Me gusta hasta como filosofía de vida (¡!). 

    Sin embargo, parece que su diseño más conocido es el sistema de iluminación modular Tekiö, inspirado en las linternas de papel japonesas. Es muy atractiva y versátil, como suelen ser siempre los diseños por módulos. La luz que proporciona me parece muy bonita, ¿no creéis?

    Lo que a mí me ha llamado enormemente la atención ha sido la Origami Table, pues sin ser un diseño explícito, efectivamente recuerda a una figura de papel. La curiosidad es que las patas constan de tres partes idénticas que encajan entre sí para crear la base del trípode.

    ¿Qué os parecen sus diseños?






     ¡Me encantan!

    Por cierto, el precio del reloj ronda los 30€.

    lunes, 25 de noviembre de 2013

    La primera en algo

    Seguro que si os digo Amaya Ascunce, pues ni frío ni calor, ahora, ¿quién no conoce Cómo no ser una drama mamá? Pues estaba leyendo uno de sus últimos post y mientras veía reflejada a su madre en la mía (mi drama mamá no pierde el sueño por un mercado, pero la dejas sola cinco minutos en una tienda y sale con el número de teléfono de la dependienta, amén de que lo primero que hace cuando llega a un hotel -por supuesto- es vaciar la maleta y colocarlo todo en el armario), me he acordado de lo orgullosa que me sentí la vez que la vi en la tele promocionando su primer libro. Ahí estaba yo en el salón de casa de mi tía contando que yo ya la conocía y que su blog era desternillante... No, no somos familia ni la conozco de nada, pero -y aquí viene lo fuerrrrrte- la sigo desde el principio de los principios, antes de que tuviera miles de seguidores y -esto es más fuerrrrte todavía- me tiene en su banner de blogs (¡!). 

    Ahora en serio: si hay algo que me gusta de este mundo es que ofrece la oportunidad a las personas con talento como Amaya de darse a conocer, aunque la mayoría permanezcan siempre en la sombra. Pero es una ventana que está al alcance de todos.

    Este año por Reyes a mi madre le cae fijo uno de los libros, a ver si se da por aludida...

    sábado, 23 de noviembre de 2013

    Eames House Bird

    Cuando uno se va interesando por esto de la decoración -aviso a navegantes: lo mío es una incursión desordenada- comienza a reconocer objetos como "habituales". Es necesario un poquito de interés para enterarse del nombre y apellidos de esas, en ocasiones, pequeñas obras de arte. A mí me gusta conocer la historia que hay detrás de ese objeto, porque siempre hay una y te ayuda a apreciarlo (como en la historia detrás del emblema).

    En este caso nos centramos en un pajarito, sin jaula (¿dónde estará el lindo gatito al acecho?) que por el nombre creeríamos fue diseñado por la pareja Eames: Eames House Bird. Y sin embargo no fue así: parece que este matrimonio gustaba de adquirir objetos en sus viajes y este pájaro fue una compra en la región montañosa de los Apalaches -este de los EE.UU.-. El pájaro original fue creado por Charles Perdew, que había sido dueño de un negocio de reparación de armas, pero en 1930 le dejó a su hijo el negocio y se dedicó a tallar pájaros... 

    La versión que produce Vitra es una "mejorada y actualizada", pero hay quien ha encontrado otras tallas originales de Charles Perdew. 

    Si a alguien le interesa, el pajarito ronda los 160€. Yo lo apunto a mi lista de "objetos de deseo".








    (El matrimonio Eames en el salón de su casa)




    (Eames House)

    viernes, 22 de noviembre de 2013

    "Todo llega y pasa..."

    Hace hoy dos años, a esta hora, murió mi abuela. Ya, a todo el mundo le pasa, no soy especial. Dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Pero no, duele lo mismo, porque sólo le duele a uno, así que no hay consuelo posible en saber que les pasa a otros. 

    El día 22 de cada mes me acuerdo de ella, aunque también lo hago el resto de los días; hoy, sin embargo, está especialmente presente en mis pensamientos. ¡Cuánto te echo de menos, abuela! Ella me diría: "ay, hija, ¿qué querías, que me quedase de simiente? El muerto al hoyo y el vivo al bollo." Y entonces sonrío porque su ausencia me entristece, pero su recuerdo me llena de amor.

    Esta canción la escuché por primera vez al día siguiente de que muriese, en el coche, mientras iba a buscar a mi hermana al aeropuerto. Es la segunda vez en mi vida que suena una canción en la radio y parece que la cantan para mí, y las dos veces ha sido de "Los Secretos". El Universo tiene sus trucos, estoy segura.

    Aquel día el mundo parecía un lugar inhóspito. 


    Cualquier tiempo pasado fue mejor: la baldosa hidráulica.

    Que conste que no estoy de acuerdo con la afirmación que hago en el título del post, pero últimamente tengo esa sensación. Parece que todo lo antiguo es bueno y bonito, pero no creo que sea cierto. Desde luego hay elementos a los que el paso del tiempo les otorga un encanto que no tenían en su época, pero no nos equivoquemos, no todo lo viejo es vintage, ni tiene más valor porque hayan pasado los años. Los mercadillos muchas veces están simplemente llenos de m**r*a.

    Dicho lo cual, ¿qué os parecen las baldosas hidráulicas? Yo tengo que decir que aunque pueden tener su encanto, las hay muy muy horteras. Me gustan si son discretas o si tienes unas pocas en la cocina, si las usas para hacer un cuadro o una mesa de centro, pero si no, pueden recargar mucho un ambiente y te limitan en la decoración de la casa. A mí me gustan en estancias con techos altos, combinadas con muebles modernos. Ojo, esta es sólo mi opinión.