domingo, 27 de junio de 2010

Jardines colgantes: primer nivel


Estoy orgullosísima de mí misma. Vamos, que no quepo en mí de gozo y satisfacción: la albahaca y el perejil japonés siguen vivos (¡!). Así que hemos puesto en marcha la primera fase de nuestro jardín aromático vertical. Al principio habíamos pensado ponerlo dentro de la cocina, en una de las paredes que están libres, pero fuimos madurando la idea y al final decidimos que las plantas tenían que estar en el lugar que recibieran más luz, a saber, la solana o recocina.

No os había presentado mi solana, ¿verdad? Pues no esperéis que lo haga, porque es de los rincones de la casa más feos. Tengo un par de ideas pero, si os soy sincera, están al final de mi lista de proyectos, así que tardaré en arreglarla. 

Bueno, la cocina y la solana están separadas por una ventana y una puerta. Parece ser que en un principio el vano de la solana no tenía ventana. Menos mal que el propietario se la puso porque la verdad es que entra bastante polvo. Nuestra idea era poner vinilo a los cristales de la ventana y la puerta, alguno traslúcido pero no transparente, que deje pasar la luz pero que oculte "lo que hay detrás". Entiendo, que se verán las siluetas, pero no será un total escaparate, como ahora. A veces, cuando tengo visita, tengo que estar recogiendo la ropa tendida a toda velocidad en el intervalo en el que suben en el ascensor (¡!). La verdad es que tenemos secadora, pero hay prendas que evito secar por ese medio porque encogen o se estropean las fibras elásticas. Ésta es una de las ideas que tengo, pero hay más.

En lo que a las plantas se refiere, por ahora las teníamos en los "mini-invernaderos", sobre la secadora. Después de darle algunas vueltas habíamos decidido que la solana era el lugar en el que recibirían más luz. Y ésto es lo que se nos ha ocurrido: una estructura compuesta por cables y tubo de acero de la que colgar los maceteros.

En principio sólo hemos colocado un nivel, pero iremos aumentando según las necesidades. A la albahaca se le unirá en un par de semanas el perejil común que acabo de plantar. Poco a poco espero hacerme con las plantas aromáticas que más uso: cilantro, menta piperita, cebollino...

Os iré contando así como vayamos añadiendo barras y macetas.
Por cierto, el proyecto nos ha salido bastante económico: los maceteros son recipientes Bygel de Ikea (0'50€ unidad), la barra es una barra de cortina Irja de Ikea (0'99€, en Canarias más pero bueno) cortada a la mitad, así que cada barra nos da para 2 niveles y el cable de acero lo hemos comprado en Leroy Merlin a 0'95€/m (de 1'5 mm). De resto, sólo hemos necesitado sujetacables planos simples (en Leroy Merlin 4 por 2'75€).

jueves, 24 de junio de 2010

Todos somos distintos...

Y cada uno de nosotros reacciona de manera diferente..





Panga en salsa verde.

Pero entonces, llegó el bizcocho de nueces.


martes, 22 de junio de 2010

Participando, que es gerundio

Happyideas sortea entre las personas que hagan un comentario (con doble participación para quienes tengan un blog y hagan un comentario sobre el sorteo) un conjuntito monísimo para estas noches de verano.


Tienes hasta el viernes 25 de junio a las 23'59 para dejar tu comentario, pero os advierto que ¡voy a ganar yo!

lunes, 21 de junio de 2010

Cuestión de huevos...


















El final nunca pudo ser feliz: revuelto de pimientos del piquillo y queso fresco. ¡Uy!


Hogar, dulce hogar

Tenía ganas de volver a  casa. Me gusta Madrid, pero nunca me he sentido del todo a gusto en sus calles. Esa sensación sólo la he experimentado en París: habría buscado un trabajo y me habría quedado allí, con aquella minúscula maleta. No sentía necesidad de volver a casa, ya estaba en casa. De todas formas, he de admitir que Londres también me gustó muchísimo. Quizá el quid esté en salir de España, en ir a ciudades donde la vida sea diferente y no sólo donde sea todo "más grande". Tenerife es una isla preciosa y el área metropolitana es relativamente grande; es verdad que es un gran inconveniente depender de aviones y barcos para realizar cualquier viaje, pero, al fin y al cabo, es el medio de transporte "normal" y los precios son cada vez más competitivos.


No obstante, también es cierto que los desplazamientos en avión se me hacen, cada vez, más y más pesados. Pensaría que es la edad si no fuera porque tan sólo han transcurrido dos meses desde el último y otros dos desde el anterior. Los pasajeros son, por lo general maleducados y egoístas: uno no puede apoyar los dos brazos en los apoyabrazos del asiento y meter los codos en el asiento del compañero. Y si el de al lado no consigue fastidiaros el viaje, rezad para no pasar hambre, porque lo de los "menús" de las compañías aéreas es sangrante: si American Airlines consiguió ahorrar 40.000$ anuales suprimiendo una oliva de cada ensalada que servía en primera clase, ¿cuánto consigue embolsarse Iberia cobrando 1'50€ por tres galletas Digestive, 10'50€ por un sandwich y una bebida o 2'00€ por 80 gr de fruta? 


Pues como os decía al principio... "Hogar, dulce hogar". Anoche llegamos derrotados, regamos nuestras plantitas (¡las plantas aromáticas han crecido un montón!), vimos un capítulo de The big bang theory en el proyector y nos tiramos a dormir en nuestra cama de 1'60 x 2'10 de Tempur con nuestras sendas almohadas del mismo material. Os diré que acostumbrarse a dormir bien es lo peor que uno puede hacer, porque después pasa lo que pasa, que duermo mal en todos sitios y echo de menos mi almohada allí a donde voy.


Ahora toca volver a la rutina. Quizá sea mejor empezar una distinta. Ya os contaré.

domingo, 20 de junio de 2010

Campo y ciudad

Hoy hemos tenido un poco de todo: naturaleza y polución. Por la mañana El Escorial y por la tarde paseo por el centro. Es la primera vez que visitamos la Sierra madrileña y me ha gustado mucho. La visita al Monasterio se ha reducido a la Iglesia y a los jardines, después hemos paseado por el pueblo y nos hemos acercado a la Silla de Felipe II.









Por la tarde, Starbucks y pateo. Perfecto.







viernes, 18 de junio de 2010

Madrid, Junio 2010


El miércoles, con una hora de retraso, aterrizamos en el Aeropuerto de Barajas. Mi hermana nos esperaba sonriente tras la puerta. Hoy es, a efectos prácticos, nuestro primer día, porque el jueves hasta media tarde I estuvo con un compañero de trabajo.

Según nos cuentan estos días pasados ha estado haciendo mal tiempo, pero nadie se lo creería con el cielo despejado y el sol radiante... Aunque durante un rato las nubes han querido un poco de protagonismo, el tiempo es veraniego. Desde las doce del medio día hasta pasadas las seis de la tarde, con un lapso de media hora para comer y alguna parada de menos de diez minutos, hemos recorrido las calles y callejuelas de Madrid. Como a nosotros nos gusta, casi sin mirar el mapa, "a la aventura". Es lo que hacemos siempre que viajamos. He de admitir, que Madrid es una ciudad en la que no me oriento muy bien. En el primer viaje que hicimos pensé que le había pillado el punto, pero claro, estuvimos diez días pateando la ciudad, pero cada vez que he vuelto lo he hecho por pocos días y para casi no ir al centro. 
Paseando por el Barrio Salamanca, además de a Jaime de Marichalar, nos "hemos encontrado" con Vicon y Habitat, así que hemos aprovechado para entrar. Habría estado bien ir a Casa Decor, quizá a I le interese también... ¡Ah! He visto en la Calle Fuencarral la tienda Muji; la conocí a través de alguno de los blogs que sigo y he entrado a curiosear: tenían unas postales cúbicas de NY, Londres y París muy originales por 7'5€ (un caprichito), pero en general me ha parecido cara, la verdad.

domingo, 13 de junio de 2010

Floricienta

Me parece que sería más acertado usar el término floricida, que obviamente tiene un significado totalmente distinto, pero hoy estoy de muy buen humor y no me apetece referirme a mí misma en esos términos, así que lo dejaré tal cual, que resulta menos ofensivo. Aunque no puede herir mi amor propio el hecho de admitir que no tengo "mano con las plantas". Los animales y los niños son otra cosa, y no los comparo, pero si me tenéis que dejar al cuidado de algo o alguien, que nunca sea de una maceta.


Ayer fuimos a comer a un restaurante, pasado El Puerto de la Cruz, por la salida 38 de la Autopista del Norte, en el que preparan un solomillo con manzana y cebolla asada que te mueres (¡!), Casa La Vieja, y después de dar una vueltita nos fuimos a uno de nuestros rincones preferidos, Leroy Merlin, para variar el del Norte, al que no vamos tanto. Allí, de oferta, encontré algo que me sirve como reto personal: un mini-invernadero para plantas aromáticas. Volvimos emocionados, cada uno con lo suyo, sacamos todo el arsenal de tierra, semillas, regaderas, etc., al balcón y pasamos un ratito estupendo. 

Después del fiasco de las tomateras, que tomates dieron y bien hermosos, pero quedaron en un estado lamentable las plantas y tuvimos que arrancarlas, hemos pasado los cultivos al patio interior. En el balcón iremos poniendo cipreses, que quedan coquetos y aguantan muy bien.


Prometo cuidar las plantas para que crezcan sanas y vigorosas. Además, tenemos un proyecto en mente (que no os puedo desvelar hasta que no hayamos concretado un poco) que tiene que ver con plantas aromáticas para la cocina, así que tengo que esforzarme por mantenerlas vivas (¡!).  Antes de que preguntéis, sí, eso es una huevera, es que no teníamos más invernaderos pequeñitos :P

I ha plantado pimiento rojo y fresa (las bayas goji no han sobrevivido). Y hemos puesto un montón de semillas a germinar (uva, tomate cherry, tomate de cosecha propia, papaya, perejil, eneldo y orégano). En mis mini-invernaderos hay plantada albahaca y perejil japonés (¿?). Tengo que comprar semillas de menta piperita, cebollino...

jueves, 10 de junio de 2010

Compuesta y sin novio

Hoy me han dejado plantada a la hora de la comida... ¡Vale! No haré un drama de algo tan nimio, porque, en realidad, tengo un novio estupendo que un rato antes de decirme que no podría venir a comer por razones de trabajo, me ha invitado a pasar parte de la semana que viene en Madrid. ¡Sí! Viaje relámpago. Además, soy de esas personas a las que les gusta disfrutar de algunos momentos de soledad: un café y un libro. Sí, me falta un sofá en el balcón, pero ni lo repetiré más, ni volveré a quejarme.

El caso es que el día gris me ha dado la excusa perfecta para comer, también, en el balcón (ensalada de lechuga, tomate, puerro y ventresca de atún con vinagreta de miel y mostaza) y disfrutar, después, de un cortado de mi Dolce-gusto.


Donde iban tres ahora van cuatro. ¿Qué tal quedarían seis?

Las cortinas del salón habían quedado relegadas a un segundo plano. Tanto es así, que ni siquiera colocamos las cuatro que compramos en su momento y el efecto no nos gustaba. El cuarto paño había ido "danzando" del vestidor al dormitorio hasta que ayer volvió al lugar que le correspondía originariamente. 

Las cortinas, que pueden parecer en un primer momento algo accesorio, cambian el aspecto de cualquier estancia; puedes darles mayor o menor protagonismo, pero no se puede minimizar su importancia, como hemos hecho nosotros todos estos meses. Pero, he de admitir, que ha sido uno de los elementos que me han resultado más difíciles. 

Os pongo en antecedentes: cubriendo toda la pared (incluidos dos vanos: puerta y ventana) colocamos dos pares de cortinas Alvine Rund de Ikea.  No sabemos si con dos pares es suficiente o sería conveniente colocar un tercer par, de modo que el efecto sea de mayor fruncido. He pensado que quizá podríais darnos vuestra opinión. Acepto las buenas, las malas y las muy malas. Que nadie se obceque con los dobladillos: mi madre lleva repitiéndomelo varios meses, pero es que nos gustan las cortinas largas. Quizá el efecto sería más bonito con una cortina con peso y no con un visillo, como es el caso.







Nos encanta abrir la puerta  que el aire mueva las cortinas... Qué tontería, ¿no? 

Un día gris...

Me encantan los días grises en los que es necesario usar una manta, acurrucarse en la cama junto a tu pareja, tomar algo caliente que te atempere. Me parece mucho más romántico que el calor aplastante que te obliga a dormir "espatarrado" huyendo de toda fuente de calor (mi segundo nombre es "estufita"), impide dar un paseo después de comer y hace que termines fundiéndote en el sofá, literalmente.


Si tuviera que escoger entre el invierno y el verano, me quedaría con el invierno, claro que con "nuestro invierno": suave, que te permite ir a la paya, usar manga tres cuartos... Además, hay algo maravilloso en estas islas, y aunque hablo en plural, la que más conozco es Tenerife, donde vivo, y es sus microclimas: te permiten pasar del sol más radiante a la niebla más espesa en pocos kilómetros. En S/C de Tenerife, la capital, puedes pasarte todo el año prácticamente de manga corta, mientras que en La Laguna necesitas abrigo y bufanda en invierno. 

Y es que aquí no tenemos problemas para disfrutar de nuestros balcones y terrazas, de hecho, cuando nos mudamos a esta casa, estuvimos una temporada cenando todas las noches bajo el cielo estrellado y la luz de las velas, y eso que estábamos en pleno diciembre. No hace falta que llegue el verano para tener el balcón bonito, pero por mi falta de posts, os habréis dado cuenta de que el "Proyecto: Jardines de Luxemburgo" está parado. He de admitir que la idea del "sofá-caja" me parece muy útil, pero necesitaría demasiado tiempo para llevarla a cabo. Había pensado hacerme con un par de palets y construirme un sofá usando alguna tela para exterior a la que se le pueda pasar un trapo rápidamente... También queremos colocar más cipreses para cubrir toda la barandilla y evitar miradas indiscretas, que estamos en un segundo piso y casi distingo el color de los ojos de los viandantes. Todo son ideas que hay que concretar. 

Mientras, he salido a desayunar a mi poco glamuroso balconcito, desde donde veo el mar, tan azul e inmenso como siempre.


Hoy leche de soja, tomate aliñado, pavo y queso de burgos.