lunes, 6 de febrero de 2017

Decoraterapia

La vida es un continuo cambio... Últimamente está muy de moda el concepto de resiliencia, que es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. En cualquier caso, ya decía mi abuela: "todo llega y pasa". Porque el tiempo todo lo cura, a Dios gracias. A mí me ha hecho falta un año entero para superar una ruptura. Una pareja, al final, es mucho más que una persona, son proyectos, recuerdos, rutina, cariño, confianza... Y aunque termine bien, es duro. En mi caso, al quedarme en casa, noté más la ausencia. Este año he "sobrevivido" cerrando puertas. Pero no hay cerradura que contenga la tristeza y responsabilizarte de tu felicidad es algo enormemente empoderador (otra palabreja de moda, por cierto). 

No puedo hablar en general, porque yo sólo conozco mi historia, y sólo desde mi perspectiva, así que os diré que, en mi caso, yo me "diluí" un poco. No sé si es algo bueno o malo, no lo juzgo, sólo adjetivo. I quizá tenía un gusto más definido que el mío, además, yo soy facilona y bastante ecléctica, así que todo me gusta. Pero ahora que estoy sola, a mis treinta y cinco añazos, me he encontrado descubriendo qué narices me gusta... ¡Y ha sido divertido! Ahora me río, ojalá hace un año alguien me hubiera dicho, "tranquila, todo va a salir bien", y de paso me hubieran evitado algunos errores garrafales :P Aunque ya sabéis que de los errores se aprende. Es una verdad como un templo. Yo soy de las que aprende, no de las que se arrepiente. ¡Minipunto para mí! 

Dicen que las cosas materiales no son importantes, creo que eso es un juicio que tampoco emitiré. Sé en qué medida me afectaba a mí no sentirme identificada con las cosas que me rodeaban. Básicamente me he pasado un año evitando mi casa, utilizando únicamente mi dormitorio, la cocina y el baño, dejando morir las plantas, limpiando lo que ve la suegra... El  jueves 2 de febrero decidí ser feliz. Otra vez. Lo que nos molesta de fuera no es más que el reflejo de lo que no nos gusta de nosotros mismos. No me gustaba mi casa, porque no reflejaba quién soy ahora. Ha sido un año de transformaciones, aprendizajes y cambios, pero "mi hogar" seguía gris. 

Dos días de compras, bricolaje, risas, alguna lágrima, nervios, idas y venidas... Y ahora os puedo presentar mi nuevo salón.

Para mí la decoración no es algo accesorio, porque mi casa al final es "mi refugio", el sitio al que vuelvo, en el que me debería sentir cómoda y protegida. Ahora me siento así. Por fin mi casa refleja la calma y felicidad que siento en mi corazón.





+







Y todo empezó con unos cojines de flores.

Gracias MJ por pasar conmigo este finde, por ayudarme este año, por haber aparecido en mi vida.