lunes, 26 de julio de 2010

Otra vez plantada

¿Os había dicho que estoy a dieta? Pues sí, yo la operación bikini la empiezo cuando me lo pongo, un desastre. El caso es que mientras estoy a dieta, no sé porqué razón masoquista me pongo a cocinar como una loca todo lo que no debo comer; me parece que me satisface llenar la casa de olores. Y hoy había preparado para mi novio pechugas de pavo adobadas al horno con queso y pimientos, patatas asadas con pimentón y manzana asada con salsa de nueces y pasas. ¿Y qué ha pasado? Que cuando lo tenía ya todo listo  me llama para decirme que se queda a comer por ahí porque tiene que trabajar un rato por la tarde... Así que pongo a rellenar tuppers y a recogerlo todo, que me voy a la playa.



Eero Aarnio

La mayoría de los diseños del finlandés Eero Aarnio podríamos imaginarlos en hogares futuristas, sin embargo datan de los años sesenta y setenta. Pero, ¿se trata de un adelantado a su tiempo o de un hombre con espíritu siempre joven? Quizá nos encontremos ante el Peter Pan de los diseñadores: formas sencillas, materiales imposibles, piezas inspiradas en animales y vegetales... Y lo digo, porque es lo que me transmiten sus diseños: energía, humor, diversión; todo lo que define la juventud. Por supuesto, sus piezas se encuentran en los Museos más importantes: el MoMA, el Pompidou, el Victoria and Albert y el Vitra Design, entre otros. Si echáis un vistazo a sus diseños seguro que os lleváis una grata sorpresa (no todo son "balls" y "bubbles").




Éste último diseño, Bubble Chair, es uno de mis preferidos... Tiene algo mágico.

miércoles, 21 de julio de 2010

Hoy habría comido ensaladilla rusa

Con lo del resfriado había dejado de lado la cocina. Hoy había decidido sorprender a mi chico con algo fresquito, veraniego y un poco (aunque muy poco) más elaborado que el arroz tres delicias congelado que lleva comiendo estos dos últimos días: "ensaladilla rusa". Es la primera vez en mi vida que la preparo, a decir verdad, y no he encontrado dos recetas iguales. Como tenía todos los ingredientes, lo he hecho un poco a ojo, aunque para ser sincera siempre cocino así, un poco "por instinto" (excepto cuando se trata de postres, que sigo las recetas al pie de la letra). 


¿Qué os parece? No os puedo decir qué tal está, porque en el último momento I me ha llamado para decirme que se quedaba a comer en el trabajo, así que se lo serviré para cenar.

martes, 20 de julio de 2010

La alfombra que pudo ser y no fue

Hace un par de semanas, coincidiendo con el Mundial de fútbol, recibí una llamada de mi hermana, que por esas fechas se encontraba visitando a mi abuela en Zaragoza: estaba en la sección de oportunidades de Ikea y las alfombras de piel de vaca estaban rebajadas a 49'90€ (¡!). 

Hablando de Ikea; he descubierto que tienen una página web diferente para Baleares y Canarias. El diseño de la web es muy parecido, casi idéntico, pero resulta más incómodo navegar en estas páginas. Quizá simplemente sea que estoy acostumbrada a la del resto de España


Siguiendo con la historia de la alfombra... Este enlace es el de la web de Tenerife, donde tenemos la alfombra rebajada de 225'00€ a 179'90€. Sería una rebaja espectacular, si no fuera porque el precio normal de venta en la Península ha venido siendo de 150'00€ (no he conseguido encontrarla en la web, quizá la hayan descatalogado y de ahí la oferta).


Bueno, el caso es que, como os habréis imaginado por el título del post, al final no la compré (mi madre, en cambio, encargó dos). ¿Por qué? Yo no me lo habría pensado dos veces: la alfombra me gusta y el precio era inmejorable, pero I no quiso. Estuve un par de días resentida, la verdad, pero decorar la casa es cosa de los dos y uno no puede imponer su criterio al otro, ¿no?


Pero ya sabéis cómo son estas cosas... Bastó que hubiera tenido la oportunidad de comprar la alfombra para que me empezaran a llegar imágenes de decoraciones con alfombras de piel de vaca (o quizá es que yo prestaba más atención, claro). Y cuantas más imágenes veía más me arrepentía de no haberme hecho con una para mí.


Poco a poco se me ha ido pasando. La habría dado un toque distinto, pero también lo hará una alfombra de algún color intenso (quizá violeta ¿?) Menos mal que con este calor no apetece pensar en alfombras, ni pisarlas, ni tenerlas cerca...


Por cierto, yo sigo con mi resfriado. ¡Qué desastre!

viernes, 16 de julio de 2010

Flu

Lo nuestro es la originalidad, así que este verano en vez de ir a la playa y ponernos morenos, hemos decidido caer enfermos. Por lo menos, hemos "coordinado" los tiempos y primero cayó I y ahora le relevo yo.  ¡Ay!

miércoles, 14 de julio de 2010

Guirnalda solar y una queja

El otro día fuimos a Ikea de propio para comprar más recipientes Bygel para trasplantar el perejil japonés y me encontré con que este producto que había comprado el 26 de junio de este año a 0'50€, ahora cuesta 0'95€ (¡!) Ya sé que, al fin y al cabo, es menos de 1€, pero es casi el doble de precio al que yo lo compré y al que se vende en la Península.


La verdad es que me iba bastante disgustada, y sin recipientes, porque la gente a veces es medio tonta y los de Ikea son muy listos y pusieron una oferta: el recipiente Bygel al 50% (sí, de verdad, de 0'95€ a 0'45€) y desapareció un cajón entero, cuando hacía apenas una semana costaba 5 céntimos más, solamente. Así, que cuando yo fui quedaban cuatro y ninguno era rosa. 


Pero, mirad por dónde, había algo rebajado de verdad, las guirnaldas solares de exterior Solig (a 12'95€) y como hacía tiempo que le tenía echado el ojo (y todavía espero comprar otra), salí de allí en "modo ecológico". Mi idea era colocarlos por la barandilla del balcón, tal como están el la foto, pero no será su ubicación definitiva porque para mi novio tiene una estética de fiesta que no le gusta. Así que posiblemente los dejemos colgando en una esquina. 


Así limpiaba, así, así...

¿Alguien recuerda esa canción? "Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que limpiar. Así limpiaba, así, así... Así limpiaba, así, así... Así limpiaba, así, así... Así limpiaba que yo la vi". Y seguías cambiando el día de la semana. Yo la cantaba cuando era pequeña y mis padres me mandaban barrer el patio. Qué tarea tan horrorosa y, además, ingrata. Porque, ¿cuánto dura el patio limpio? La casa de mi madre está rodeada de eucaliptos y es una zona fresca donde siempre sopla la brisa (cuánto se echa de menos en verano), así que antes de que hubieras terminado de barrer por un lado, ya había hojas por el otro... Y no sólo se conformaban con que barriéramos, también rastrillábamos. Si barrer las hojas me parecía infructuoso y, la verdad, hasta carente de sentido, imaginaos lo que podía pensar de rastrillar las hojas de la tierra de la entrada (¡!). Cuando terminábamos, mi madre nos preguntaba si no nos parecía que estaba mejor así. Para mí la respuesta era obvia: ¡NO! Las hojas caídas de los árboles no era algo antiestético, era algo natural, contra lo que luchábamos semana tras semana; vamos, absurdo. Después fui creciendo y comencé a comprender a mi madre: la maravillosa sensación de sentarse en el patio a merendar cuando el suelo está barrido, los parterres cuidados, las plantas regadas... O la sensación de meterte en la cama con las sábanas limpias, después de un baño relajante, sabiendo que toda la casa está perfectamente limpia. Es un momento de tranquilidad, de armonía. Puede parecer una tontería, pero es lo que siento y sé que es lo que siente mi madre.

Hace ya bastantes años, cuando era adolescente, leí un libro precioso de Susana Tamaro, Donde el corazón te lleve. No os voy a resumir la historia porque merece la pena leerla, pero recuerdo un pasaje en el que se reproduce la anécdota que os acabo de contar. Me sentí muy identificada. 

Supongo que la paz de espíritu se alcanza de muchas formas. La limpieza y el orden, no sé porqué, es una de ellas. Lo más irónico, es que puedo llegar a ser muy desordenada.

Todo esto viene a cuento de que estoy consiguiendo mi propósito de tener la casa limpia SIEMPRE, ¿qué os parece? Vamos, que hoy hasta ha venido mi suegra (aunque había avisado, la verdad), pero ¡estaba todo limpio!. De aquí a Wisteria Lane. Bueno, eso o acabaré loca y con una docena de gatos. Ya veremos.

miércoles, 7 de julio de 2010

¡Buenos días!

Día 1:  6'30 am. Correr.
          7'00 am. Ejercicio anaeróbico.
          7'45 am. Desayuno.
          8'00 am. Limpiar la casa.
          

¡Y de repente son las 11'00! Con lo bien que iba... ¡Mecachis! Es que me he puesto ha hacer algunos apaños en casa: que si poner unos clavitos aquí, que si cortar un cable allá... 


Da gusto salir a correr tempranito: hace fresquito, no hay mucha gente por la calle y la oscuridad te cobija.


Y desayunar viendo el mar es un regalo.

Ordenando el tiempo

Hay gente para todo. Sí, hay que admitirlo, ¿por qué no? Todos tenemos nuestras cosas. Hay quien hace listas, quien colecciona cromos, quien diseca insectos... Yo hago horarios. Sí, siempre estoy planeando, desde que tengo uso de razón. Cuando era pequeña, lo que más me gustaba del nuevo curso era planear mi horario de estudios. Y yo me pregunto, ¿qué fue de aquella niña meticulosa y aplicada? ¿Dónde narices está? Si alguien la ve, por favor, que me avise. Ahora paso el tiempo entre bizcochos, ensaladas, galletas... Bueno, hoy para variar he transplantado el perejil. ¡Menudo estropicio he organizado! ¡Pobre perejil! 

Os cuento: I estaba de viaje de trabajo y siempre hago estas cosas (y con "cosas" me refiero a todo lo que tenga que ver con vegetales y donde no medie un cuchillo) con él, porque es muy apañadito, la verdad. Pero el perejil no aguantaba más en la huevera y he pensado "¡Qué demonios! Sólo se trata de transplantar perejil, no de levantar un muro de ladrillo". Seguro que el muro me habría quedado mejor. El caso es que todo ha ido bien hasta el momento en el que he tenido que regar: la tierra ha empezado a moverse y se han creado agujeros... ¡Un desastre! Mañana, con luz, actualizo el post y pongo alguna foto del perejil.


De resto, tengo un objetivo, a ver durante cuánto tiempo lo cumplo: tener la casa siempre como los chorros del oro. ¡Ay! Es que me encantaría que pudiera pasarse en cualquier momento alguien y tener la casa siempre perfecta, como en las películas. Además, mi abuela siempre decía que de casa siempre hay que salir con la cocina recogida, las camas hechas y la muda limpia. Hablando de abuelas y de lo que te dicen de pequeña, ¿habéis visitado el blog Cómo no ser una drama mamá? No sólo es graciosísimo, sino que además puedes llegar a sentirte muy identificada. Yo estoy esperando a ver si su madre le decía que "llorase en silencio", como hacía la mía. Los traumas infantiles son lo peor que hay. No habrá algún lector psicólogo que nos eche una manita, ¿verdad? :P


Pues os dejo para hacer mi horario y empezar a incumplirlo, porque ¡de ninguna manera puedo acostarme a estas horas! Ya sabéis, el cutis se resiente, y no estoy para que se resienta nada más en mi cuerpo.  


Siento mucho no hablar de decoración, sino de plantas y comida, achacádselo a la crisis y a que haya dejado de trabajar :P No nos hemos olvidado de la casa, sólo que lo haremos un poco más despacio. Mientras, seguiré cultivando plantas aromáticas.

sábado, 3 de julio de 2010

Dejar de pensar

Parece ser que "dejar la mente en blanco" es un ejercicio de lo más recomendable. Yo de forma consciente soy incapaz de practicarlo, pero he descubierto que cocinando consigo permanecer en stand by. ¡Es maravilloso! Durante un rato, sólo cocino: leo la receta, peso los ingredientes, bato, vierto, friego, escurro... Y mi mente permanece vacía. Así que últimamente cocino bastante.


Ayer, por ejemplo, iba preparar para comer una ensalada con couscous para comer. Problema: no hubo  forma de que el couscous quedara suelto, así que lo he sustituido por arroz basmati. Sólo he necesitado: una tacita de arroz basmati, dos tomates medianos, un pepino pequeño, una manzana, un puñado de pasas rehidratadas, hierba buena (o menta), perejil (o cilantro), pimientas molidas, zumo de limón, aceite y sal.


La verdad es que lo del couscous no tiene explicación, porque lo he hecho otras veces y me ha salido estupendamente. Por cierto, unos frutos secos y alguna otra fruta dulce, como la pera o la ciruela, le quedaría perfecto.

Por la noche, repetí una receta que no me había quedado muy bien la primera vez y os la tengo que recomendar: chocodoodles. ¡Están buenísimos! Podéis hacerlos tipo "trufita" o tipo "galleta". El envoltorio no es necesario, pero como hay que espolvorearlos con azúcar y canela, me pareció más cómodo.

He necesitado:  160 gr. de harina de repostería, 75 gr. de azúcar, 120 gr. de mantequilla (del tiempo), 1 huevo, 40 gr. de cacao puro en polvo, 1/2 cucharadita de café  (c/c) de levadura, 1/2 c/c de nuez moscada, 1/2 c/c de sal, unas gotas de esencia de vainilla. Para espolvorear: 2 cucharadas de postre (c/p) de azúcar y 1 c/p de canela.


Es muy importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente, así que sácala del frigorífico un par de horas antes (si la cortas en trocitos pequeños acelerarás el proceso). En un bol mezcla la mantequilla con el azúcar y añade el huevo y la esencia de vainilla. Si no tienes esencia de vainilla, como es mi caso, puedes sustituir parte del azúcar por azúcar vainillado (mirar indicaciones). Tienes que obtener una masa con una textura parecida a una mousse muy espesa. En otro bol mezclar la harina, el cacao, la nuez moscada, la levadura y la sal. Tamizar la mezcla y añadirla poco a poco a la mantequilla hasta obtener una masa "homogénea y maleable". Ésto es lo que ponía en la receta: yo obtuve una masa con la que a duras penas, y usando una lengua, conseguí formar una bola, pero después no había problemas para hacer bolitas con las manos.

Según la receta original, hay que tenerlos en el horno 15 minutos a 180º, pero yo los saqué al cabo de los 9 minutos. Por último lo espolvoreas con el azúcar y la canela. Por cierto, haced el esfuerzo y esperad a que se enfríen, están mucho más ricos, os lo digo por experiencia.


Nos tendríais que haber visto haciendo figuritas a la una de la madrugada... No lo distinguiréis, pero hay hasta un iPhone con problemas de cobertura y todo (¡!) 



La idea de la ensalada de couscous la cogí de Desayuno de domingo y la de los Chocodoodles de Gastronomía y Cía.