viernes, 12 de septiembre de 2025

Jack el destripador

Vayamos por partes. 

No os voy a contar todo lo que está mal, por ahora para no destriparos la sorpresa. Dios, soy terrible haciendo chistes. La cosa es que la reforma nos la hizo un amigo. Ya, mal, lo sé, pero no pensaba dejarme ni un must de la reforma. Así que con la confianza ciega de que todo iba a salir bien, nos lanzamos a una obra de cuatro meses que duró nueve y que "ha finalizado" porque había que terminar con la situación en algún momento. Si los hubiéramos dejado, habríamos llegado a los diez u once meses.

La cosa es que la decoración de mi casa incluye un elemento innovador: disimular chapuzas :) Esta situación me ha hecho superarme a mí misma. Si vosotros no habéis tenido que enfrentaros a eso porque os dejaron la casa hasta limpia, lo siento por vosotros, nunca llegaréis a superar vuestras limitaciones.

Y como hay que empezar por algún lado, vamos por lo primero que se ve al llegar a casa (me saltaré lo de la puerta de entrada, eso os lo cuento un día que tenga mejor ánimo y pueda colgar la foto sin llorar): el recibidor.

  • ¿Qué queremos? ¡Espacios abiertos!
  • ¿Cuándo lo queremos? ¡Siempre! Bueno, pero no cuando abro la puerta y la persona random que está fuera puede ver de una vez toda mi casa...
  • Claro, es que para eso están las paredes que has tirado, mona :P

Es que estoy aburridísima y esto de contestarme a mí misma me entretiene. 

La cosa es que tenemos un recibidor sin paredes con tres cajas enormes de electricidad. En puridad una es el cuadro eléctrico y dos son para temas informáticos y de telecomunicaciones. Así que tenemos dos problemas: unas puertas feas de plástico (pero del cutre, brillante y blando) y contener el el campo visual de la persona que está tras la puerta que no tiene por qué ver el tejido del estor del comedor. Bueno, también tenemos otra circunstancia que persistirá durante un tiempo: el presupuesto debe ser ajustado. No le pongo mucho asunto porque he puesto el euromillón y estoy convencida de que me toca.

Habíamos puesto un mueblecito provisional (la palabra "provisionalidad" cobra un nuevo sentido tras una reforma) para poder dejar las llaves al entrar, pero no era del estilo que quería para la entrada, ni me pegaba con ninguna de las ideas que tenía para ese espacio (condicionada totalmente por el hecho de que había que cubrir las puertas plasticosas). 

Al principio pensaba tapar las cajas utilizando dos láminas, lo tenía todo medido y con dos marcos de los más grandes de Ikea lo cubría todo. No sé por qué descarté esta idea, la verdad. Habría quedado como en la imagen, pero con otro debajo.

El caso es que después se me ocurrió usar un espejo grande. La cosa era reutilizar cosas que tuviera en casa y gastar lo mínimo imprescindible. Aunque inicialmente buscaba un espejo con la parte superior ovalada y de madera, las medidas y el precio me hicieron decantarme por el modelo Hovet de Ikea (en Canarias cuesta 135.-€). Lo cogí negro porque el perfil metálico en color gris no me gustaba nada.

Meter el espejo en el coche fue un espectáculo (embalado mide 204 x 85 y pesa 15 kilos). Conseguir anclarlo a la pared (no podía utilizar la forma ideada por los suecos) también tuvo su intríngulis... Igual que medirlo todo. 

Como ahora estoy en modo natural y orgánico, también buscaba una consola semicircular en madera. No quería esquinas. Además, cuando entras la visión frontal es la de la cocina y la encimera es oscura, por lo que buscaba restar "brusquedad". Lo redondeado parece más "amable", ¿no creéis?

Total, que después de mucho buscar algo bueno, bonito, barato y circular, terminé poniéndole patas a la consola que antes tenía anclada a la pared (dentro de la provisionalidad no caben los muebles anclados a la pared). Con las patas tuve suerte, porque son de Leroy Merlin y no han quedado tan mal como preveía inicialmente. Esto es Canarias, lo que en términos elección y stock es el equivalente a Zimbabue o algo así. Es más, seguro que ellos tienen más opciones que aquí. Repetid conmigo: PROVISIONAL

Como ya nada iba a ser de madera ni ovalado... From lost to the river. Look total black. Coloqué una lámina de Miró de F, que tiene cierto valor por cosas que no vienen a cuento (yo no soy nada fan de las láminas que reproducen cuadros famosos). El marco es del año catapún chin chin (con borde dorado y todo).

Una cesta para las zapatillas de estar por casa (a mí nunca me ha molestado que se vean cosas como las zapatillas, no entiendo las casas en las que se esconde todo). A ver, si fuera a tener una cena con amigos, quitaría la cesta y listo. Pero en el día, la cesta resulta útil y me parece bonita. 

Un paragüero en forma de botas vaqueras y un tope en forma de pato para que la puerta no choque con el espejo cierran los elementos decorativos del recibidor. Sobre la consola, un recipiente para las llaves (estoy pendiente de encontrar un vacía bolsillos chulo, así que mientras he puesto lo que creo que es un frutero), una fluorita, un cuarzo, unos libros y una planta. Ya os contaré porque todo esto no es fruto de la improvisación sino de un estudio del feng shui (ponedle todo el escepticismo que queráis).

Pues bien, éste es el resultado final totalmente provisional de mi recibidor. Vamos, que estará así por los siglos de los siglos :P


No sé si os gustará, pero no se puede hacer más con menos (o quizá sí, vete tú a saber).

jueves, 11 de septiembre de 2025

"Just like that"

Pues eso, me siento como Carrie de Sexo en Nueva York, pero sin los zapatos, ni la casa en Manhattan... Bueno, vale, no me parezco en nada a Carrie. De hecho, Carrie se ha ahorrado la reforma integral, sólo ha entrado a decorar. 

Da igual lo que te digan de las reformas, nada te prepara para lo que supone una en carne propia. Al menos la primera. Quiero pensar que si hiciera otra, con lo que sé ahora tras la experiencia traumática vivida, todo sería distinto. 

¿Os acordáis de mi piso de alquiler? Ése por el que comencé este blog allá en el 2009... Pues ahora es mío :) Bueno, casi, es más bien del Banco, los próximos veintipico años, al menos.

La cosa es que tras hacer "mío" el espacio después de romper con mi novio de toda la vida, pasé un período de luto. El luto a los treinta y pico largos, cuando te dejan por una de veintitrés y se articula por Tínder es una mierda. Yo os aviso por si mis cagadas os ahorran una orden de alejamiento. Ahora miro hacia detrás y me doy cuenta de que lo hice todo mal. T O D O. Creo que deberíamos hacer como los americanos (al menos los de las películas estadounidenses que veo, que montan grupos de autoayuda para todo) y crear grupos de solteras a partir de los 35. Ahora con 43 pienso en las de 35 con ternura, como si tuvieran toda la vida por delante (hasta las de 43 tenemos toda la vida por delante, la que queda, claro), pero cuando tienes esa edad, te deja tu pareja, te enteras al mes de que está con una de 23 y de repente te pones a hacer cálculos complejos de los óvulos disponibles que te quedan para crear esa vida maravillosa que se supone que te esperaba y que debía incluir algún churumbel (por qué si no, para qué narices has venido a este mundo), tienes un concepto de la edad y de ti misma distinto... Como de decrepitud. 

Sí, de repente ya no te da tiempo de nada, te has convertido en una arrocera sin arroz. Hale. Y llega Tinder, un montón de mensajes de desconocidos que están deseando enviarte fotos de sus partes tras el primer "qué tal", o que te cuentan sus propias desgracias con sus ex (con un poco de suerte son las madres de sus hijos), o que se describen a sí mismos como cuando tenían quince años menos (quizá con la intención de que no notes la calvicie al verlos). Oye, que seguro que el Tinder masculino está lleno de mujeres así, no lo sé, a mí lo que más me repitieron fue "eres igual que en la foto". Imaginad el nivel.

Total, que pasan los años y lo que tú creías que iba a ser un Kitkat rapidito se convierte en una baguette de nocilla, de ésas que merendábamos de niños. Y eso en el mejor de los casos, que puede que te toque la de tableta de chocolate negro.

Ésa precisamente debe ser la mía, la de chocolate amargo, porque ahora tengo 43, una hipoteca a veinte años, un novio que me ha pedido matrimonio aunque que lo de formar una familia lo tiene descartado, una casa en propiedad reformada sin terminar (y ojo, que lo de no terminarse tiene pinta de ser definitivo) y un blog de decoración. No voy a seguir porque tendría que hablar de la mierda de carrera profesional. la ansiedad, las canas y el sobrepeso. Tampoco es cuestión de terminar llorando sobre el teclado.

Y como aquí hemos venido a hablar de mi libro y como introducción esto ha sobrepasado cualquier límite que pudiéramos haber considerado "decoroso", procedo a centrarme en el tema.

Just like that. 

¿Por dónde empiezo? Pues por el final y por partes.

Ésta era mi casa antes de la reforma:


Y ésta es mi casa tras la reforma:

¿Qué os parece la distribución?

Antes la cocina estaba nada más entrar en la casa, a la izquierda. Inicialmente pensaba mantener la cocina ahí, tirando el tabique, como en la siguiente imagen:

Las medidas no son exactas, pero sí bastante aproximadas.

¿Por qué me decanté por cambiar la cocina de sitio? El espacio del comedor junto a la pared me parecía estrecho e incómodo. No terminaba de convencerme. Además, la idea de cocinar mirando al exterior (tened en cuenta que no tengo vecinos justamente enfrente, así que hay mucha amplitud) me gustaba mucho. Sin embargo, la opción que he elegido tiene un contra importante: la columna en mitad de la isla. Corta totalmente el espacio de trabajo y me ha obligado a colocar el fregadero y la inducción en en lado derecho, con una separación de 60 cm. Con las medidas iniciales, la columna quedaba pegada al lado externo de la isla, pero cuando se pusieron a tirar paredes resultó que había un shunt y toda la cocina se desplazó hacia delante, lo que dejó la columna en mitad de la isla, pero le dio más espacio al baño de invitados, que iba a quedar chiquitín, con una ducha minúscula.

Todo tiene un coste cuando no eres Carrie Bradshaw.

También cambié la ubicación del dormitorio y el baño principal, porque la habitación la que está ahora tiene acceso a un pequeño patio interior que he llenado de plantas (los baños están donde estaban, he cambiado el uso y el tamaño).

Tened en cuenta que a mí no me importaba sacrificar un dormitorio porque estoy como una pasa por dentro y no espero tener más familia que mi pareja y las plantas, así que con dos dormitorios me valía, pero entiendo que haya personas para quienes no sea una opción. 

¿Qué os parece el cambio? ¡Os leo!