martes, 25 de mayo de 2010

La novia del chapuzas (III)

Nada, he decido que no podría dormir sabiendo que al recibidor le quedaba un puntapié (porque no había ni para una patada) para estar finiquitao. Así que he sacado todas los accesorios que necesitaba y me he puesto "manos a la obra". Y menos mal, porque ¡ha quedado genial! Vale, vale... Venga que os cuento todo lo que queda: la canaleta no la he pegado porque todavía tengo que trastear con los cables un poco y hasta que no esté ya segura no la dejo fija y hay que darle un repasito a la pintura, que sólo le he dado una manita. Al final el sensor de movimiento se ve, pero no queda muy horroroso, ¿verdad?

Mañana, de día y con luz natural, os hago unas fotos del invento montadito. La idea es que el sensor de movimiento encienda automáticamente el fluorescente, que ilumina de forma difusa y está bien para cuando entras a casa y dejas las llaves o pasas a la cocina, y nosotros con el interruptor podamos encender y apagar la lámpara de techo, con una luz más potente, para cosas como retocarte el maquillaje, escribir un mensaje o lo que sea que necesites hacer. 

Hale, ahí os dejo las fotos.



Por cierto, tengo que decir que le estoy cogiendo el punto al taladro, aunque la próxima vez que necesite usarlo voy a ver si pillo a I en casa y en vez de hacerlos él que me supervise desde el principio. 

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