No sé si la idea es original, porque entiendo que varias personas pueden llegar a la misma conclusión sin "copiarse", pero desde luego estoy encantada con el resultado.
Llevamos dos meses con las bombillas colgando del techo, pero he de admitir que no sabía que nos resultaría tan difícil escoger las lámparas, además que después del fiasco del recibidor, intento ser más cuidadosa. El caso es que el sábado pasado, casi sin proponérnoslo, decidimos, compramos y colocamos, todo en una tarde. Increible, ¿no? La solución al segundo punto de luz del comedor: la lámpara de sobremesa Fado de Ikea.
La verdad es que queda muy bien, sobretodo porque no resulta nada "invasiva" (soy un poco obsesiva con ese asunto). Buscábamos algo que no llamase la atención.
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