El otro día os decía que, por comodidad, prefiero tener "la cocina recogida", y es cierto. Pero recientemente he renovado las sartenes y los cazos por unos con recubrimiento cerámico y te encuentras con que, a la hora de almacenarlas, hay que tener un poco más de cuidado. Como mi mayor problema -que siempre resalta mi novio- es la falta absoluta de método, procuro minimizar las consecuencias de mi defecto en todos los ámbitos domésticos, y en este caso, me parece que la solución pasa por colgar las sartenes en la pared.
Todavía no he decidido si colocar un estante de pared (el de la foto es el Grundtal de Ikea) o un riel. Aunque me gusta más la idea del riel porque resulta menos invasiva, lo cierto es que con el estante puedes usar la parte de arriba para colocar las tapas de las sartenes, cosa que me parece muy cómoda, pero quizá visualmente resulte desordenado.
Tengo que pensarlo un poco más.
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