Lo primero que dicen los diseñadores cuando les hacen una entrevista es que quieren "democratizar" sus productos... Pues no lo parece, porque resulta casi imposible encontrar los precios (aunque sólo sean orientativos) en las páginas web de las casas que los producen e incluso en las tiendas que los distribuyen.
Y no me quejo porque haya diseños caros, me quejo porque a veces no lo son tanto y como da miedo preguntar puedes quedarte sin ellos. O por lo menos me da miedo a mi: hay personas un poco snob que te responden pensando "ni que pudieras permitírtelo". Y no son paranoias mías, me ha pasado: en más de una tienda me han atendido mal o no me han atendido. También me he encontrado personas muy amables que te enseñan siete catálogos para que elijas un florero, así que hay que admitir que hay de todo, por supuesto, pero por desgracia este tipo de personas no abundan, no nos engañemos. Y es una pena, porque no sé si todavía no son conscientes de lo importante que es el trato al público y de que cuando te atienden así de bien en la compra de un jarrón vuelves al mismo sitio a comprarte la mesa del comedor y tus amigos la verán y sabrán dónde la has comprado y lo bien que te trataron. Y sí, cuando te atienden mal, todas tus amistades también se enterán.
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