Hoy, cotilleando, me he encontrado un post con el que me siento muy identificada: la falta de realismo en muchas revistas de decoración. Yo no soy una gran consumidora de revistas, pero recuerdo perfectamente que con la última, un sábado por la mañana mientras disfrutábamos de sendos cafés, le pregunté a mi novio si todas esas personas vivían sin televisión ni otros aparatos electrónicos. Resultaría reconfortante encontrar ideas a problemas mundanos que se nos presentan a todos, como por ejemplo, cómo esconder los cables, además de que ofrecieran soluciones en forma de muebles para todos esos aparatejos sin los cuales, parece, resulta imposible vivir.
Encontrar un "mueble para la tele" se ha convertido en nuestro mayor reto. La verdad es que nunca habríamos imaginado que, con la amplia variedad de mobiliario modular que se oferta, tuviéramos algún problema para encontrar un mueble bajo de unos 40 cm de altura, 2 metros de largo y 50 cm de profundidad, lacado en laca brillante y con, al menos, una puerta abatible de 1 m. Como exigencia extra y desmedida, según parece, preferimos que la puerta quede debajo de la tapa superior y que no tenga patas. ¡Ah! He mencionado que no queremos hipotecarnos, porque los pocos muebles que hemos encontrado y que tienen todas estas características (lo más difícil está siendo encontrarlos en laca brillante) cuestan más de 1.200 €
No hay comentarios:
Publicar un comentario