No nos podemos quejar: encontramos un piso bien ubicado, de tamaño considerable, en buenas condiciones ... ¡y con balcon! Sí, habéis leído bien: tenemos un balcón desde el que vemos el mar (aunque cuando vives en una isla, casi desde cualquier ventana puedes atisbarlo). No es grande, pero somos dos, así que resulta suficiente.

No había olvidado mi balcón, sólo había dejado "aparcado" el asunto hasta tener solucionados otros de mayor relevancia -léase dichosos cables de aparatejos y bombillas sin lámparas-, pero cuando he visto esta foto he pensado en él, porque sería maravilloso tener algo así en casa (de la paisajista brasileña Paula Galbi, vía Decorar hoy).
Imaginad lo delicioso que debe resultar sentarse al atardecer con un libro y un café...
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