La verdad es que tengo que darle la razón a mi madre: mi casa sigue sin ser un "hogar". ¿Me creéis si os digo que seguimos sin lámpara en el dormitorio? Ya, imperdonable. Pues hay una caja llena de "cosas para reciclar" en el pasillo desde el mes de diciembre... Todas las semanas me juro a mí misma que la llevaré a un punto limpio, pero sé que me estoy mintiendo. ¡Ay!
No sé si os acordaréis, pero había decidido comprar la lámpara Knappa de Ikea en mi viaje a Madrid (en Canarias no la tenemos), pero nos volvimos con las manos vacías -igual que nos pasó con el perchero-, pero porque no terminó de gustarle a mi contrario. He de admitir, que en la foto mejora, pero mi deseo de cubrir la dichosa bombilla pesaba más que cualquier defecto que pudiera tener una lámpara que no llega a los 22'00€.

No hay comentarios:
Publicar un comentario